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Una mesa perfectamente armonizada solo es posible si se coloca en su superficie un mantel a juego con la decoración de la estancia donde ésta está ubicada. Sin embargo, no todos los manteles son adecuados para cualquier tipo de mesa. Por ejemplo, el tamaño de la superficie a cubrir es un factor de suma importancia que se ha de tener muy en cuenta. Únicamente cuando las medidas del mantel, de hule o de algodón, son las adecuadas al tamaño de la mesa, es posible consiguir la sensación deseada de armonía global en el comedor.
Para determinar las dimensiones adecuadas de un mantel lo primero que ha de hacerse es tomar las medidas exactas de la superficie de la mesa que se desea cubrir. Es importante no olvidar el vuelo que cuelga a los lados de la superficie superior de la mesa. A este respecto, en general se recomienda añadir entre 20 y 30 centímetros a la medida tomada. No obstante, también se puede dejar la medida del vuelo de acuerdo con el gusto de cada uno.
La experiencia ha demostrado que la sensación óptica de un vuelo demasiado corto puede resultar poco armoniosa. Sin embargo, un vuelo demasiado largo puede llegar a ser poco práctico, ya que, aunque la sensación a la vista resulta agradable, a los invitados les podría resultar considerablemente incómodo sentarse a la mesa, así como acceder a los objetos ubicados en la misma. Un mantel demasiado largo aleja a los comensales del borde de la mesa. Por otro lado, un vuelo excesivamente largo en una mesa vacía resulta poco decorativo cuando el mantel queda apoyado sobre el asiento de las sillas desocupadas o tropieza con éstas.
A la hora de estimar la medida más adecuada para un mantel es importante tener en cuenta el material en que éste está fabricado. Es del todo inevitable que algunos tejidos y materiales encojan con los primeros lavados. Sin embargo existe una "Regla de Oro" para prevenir este inconveniente: al seleccionar las medidas adecuadas es aconsejable tener en cuenta que el mantel puede encoger aproximadamente un tres por ciento de su tamaño original, con el primer lavado.
No obstante si, en previsión del inconveniente descrito en el párrafo anterior, se elige un mantel de medidas excesivas y finalmente no encoge con los lavados, en los manteles lavables de hule o de algodón existe una solución, que resulta bien sencilla, para solventar el problema del exceso de vuelo. Basta con cortar con unas tijeras los centímetros que sobran. Esta solución también es adecuada para otros tipos de manteles.
Las dimensiones estándar en las mesas cuadradas y rectangulares normalmente son las siguientes: 80 x 80 centímetros; 100 x 100 centímetros; 120 x 140 centímetros; y 140 x 300 centímetros, respectivamente. En el caso de las mesas con forma redonda, los tamaños estándar habituales son de 80, 100, 120, 140, 160 e incluso de 180 centímetros de diámetro.
Para calcular el tamaño idóneo de un mantel lo habitual es sumarle al tamaño de la mesa a la que va a ser destinado aproximadamente entre 40 y 60 centímetros de más. Por ejemplo, para una mesa rectangular de 80 centímetros de ancho por 100 centímetros de largo, lo ideal sería elegir un mantel de 120 a 140 centímetros de ancho y de 140 a 160 centímetros de largo.
En el caso de las mesas circulares, para calcular la medida apropiada del mantel con que se va a cubrir su superficie, se añadirá, igualmente, entre 40 y 60 centímetros al diámetro de la tabla superior de la mesa.
Posiblemente la tarea más complicada sea encontrar la medida del mantel adecuado para las mesas ovaladas. Generalmente, en estos casos se ha de recurrir a los manteles personalizados. Algunos proveedores de menaje de hogar fabrican manteles a medida, con la ayuda de una plantilla realizada al efecto. No obstante, también es una práctica habitual que se utilicen los manteles destinados a las mesas cuadradas. En este último caso, al colocar el mantel sobre la mesa ovalada, el vuelo queda ligeramente más largo en la parte que corresponde a las esquinas del mantel.
Cuando no es posible encontrar el mantel adecuado para una mesa de medidas muy concretas, tal como suele ocurrir con las mesas ovaladas, es posible personalizarlo para que se adapte a las necesidades específicas. Normalmente los manteles de hule pueden cortarse a la medida deseada, por lo que su precio no suele elevarse. Sin embargo, en el caso de los manteles de tela, la fabricación a medida encarece el precio final del producto, por lo que el cliente tiene que invertir algo más en su compra.